Todos los planes que habíamos creados eran para la refinería

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El Sr. Félix J. Serrallés recuerda que para el 1971, Don Luis A. Ferré, gobernador de Puerto Rico durante el cuatrienio de 1969 a 1973, alquiló la industria azucarera. Para 1974, se terminaba el alquiler acordado por un periodo de tres años, desde esa fecha se comenzó a arrendar anualmente. Debido a esta situación se le planteó al gobierno que debían alquilar a largo plazo, comprar o la entidad tenía que definir su situación futura. Se dieron a la tarea de restructurar la refinería en un ente aparte buscando unos socios americanos para que vendieran la azúcar en Estados Unidos y Serrallés en Puerto Rico, estos operarían la central en conjunto. Luego, se estableció un proyecto privado en Venezuela, país que siempre había sido agrícola, el cual se dedicaba a la exportación de azúcar y se convirtió posteriormente en importador de azúcar, Lo que ocasiono que comenzaran a desarrollarse proyectos gubernamentales. La central azucarera Merceditas estableció el primer proyecto privado en combinación con un venezolano, el 75% de las ganancias era para ellos mientras que el 25 % le pertenecía a la Central. A punto de consolidar un compromiso legal con las partes, el gobierno de Hernández Colón no permitió el traslado de la central hacia Venezuela. Dispusieron a negociar con el gobierno, éste decidió no cumplir con el contrato de la administración anterior por lo que se llevó el caso a la corte. En corte superior ganaron, apelaron al supremo y ganaron. En 1976 se estableció un acuerdo con Hernández Colón. Sin embargo, no fue hasta 1984 que les pagaron el dinero adeudado. Posteriormente el gobierno llegó a la conclusión de que no podían operar la refinería y decidieron cerrarla. Félix Juan Serrallés no estuvo de acuerdo con esta decisión, debido a que como parte del proyecto para la refinería, si no había azúcar de Puerto Rico, la traerían por barcaza desde Santo Domingo y la refinarían aquí.
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