La influència d'altres cultures

Conocí un poco al Padre Antonio Blanch en unos cursos que hizo en Madrid a los que asistí, en el Instituto Fe y Secularidad, hace años. Él mismo era, como dice en este vídeo al hablar de Inglaterra, una persona extraordinariamente abierta, de visión amplísima, enormemente tolerante, preocupada por el otro, que nos hacía sentir a todos acogidos y valiosos, con un sentido de profunda hospitalidad a la persona, y de respeto a la pluralidad, a lo otro. El padre Blanch además tenía una elegancia natural sobrenatural. Era un superdotado como persona y como intelectual. Siempre amabile, sonriente, cordialísimo. Pero de una forma sobria, muy personal suya. Irradiaba luz. Podría haber sido diplomático por ese don de gentes tan grande suyo. Era un esteta, y lo dignificaba todo. Recuerdo especialmente esta frase suya que nos dijo: "hay que dar dignidad a la existencia". Pero también era una persona muy profunda, en el vídeo cómo cierra los ojos cuando habla, como hacía también entonces... y muy transcendente, que te hablaba de Dios de una forma tan sutil y tan amplia... como un acercarse al Misterio... salíamos de allí felices... nos acercó al budismo, a la literatura universal... es un privilegio haberle conocido. Me alegra mucho haber encontrado estos vídeos, aunque no hablo catalán si que puedo entenderlo bien. Un saludo cordial desde Madrid.